La tierra de diatomeas es un polvo blancuzco formado por micro fósiles de diatomeas, algas unicelulares con una especie de caparazón formado de sílice, es decir, óxido de silicio que les aporta un alto contenido nutricional. Estas algas aún son parte de nuestros ecosistemas pero los fósiles provienen de poblaciones que en su momento ocuparon cuerpos de agua que hoy ya no existen.

Una de las principales fuentes de estas rocas se encuentra en Chad, África central en pleno desierto del Sahara, de allí cerca de 40 millones de toneladas de polvo emprenden un recorrido de miles de kilómetros hasta aterrizar en la selva amazónica nutriendo los suelos del mayor pulmón del planeta.

La tierra de diatomeas tiene un amplio rango de aplicación dentro y fuera de la agricultura aunque es principalmente utilizada como insecticida puesto que al no contener químicos no daña a las plantas y tampoco deja residuos.

Resulta útil para acabar con las plagas puesto que el sílice que contiene perfora la capa de queratina de los insectos provocando su deshidratación y posterior muerte. Este compuesto no es tóxico para los humanos pero puede constituir un problema si es inhalado, por lo que se recomienda su uso con precaución.

Además de ser usado como insecticida, la tierra de diatomeas es también un gran fertilizante puesto que contiene una alta cantidad de micronutrientes y minerales difíciles de encontrar en fertilizantes más comunes, haciendo su uso esencial en la nutrición vegetal. Al estar compuesto principalmente de algas la tierra de diatomeas es totalmente biodegradable y no deja residuos tóxicos.

Adicional a su uso agrícola este material también es usado en el sector de la construcción para fabricar cemento, vidrio, dinamita y la materia prima de los filtros de agua. También cumple un papel en la nutrición animal, estimulando su apetito y ayudando en su proceso de digestión. Por otra parte, también ha demostrado su efectividad como desodorizante por su gran capacidad de absorción y por eso mismo ha sido utilizado también para absorber materiales como crudo en derrames.

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