Los cultivos orgánicos son beneficiosos para el ambiente, el suelo, la planta, los frutos y, naturalmente, para los consumidores finales. Sin embargo, la planta siempre aplicará mayores cuidados frente a los tratamientos convencionales. Ante las secuelas de la agricultura convencional por la utilización de agroquímicos, surge la agricultura alternativa como una reacción a los sistemas de explotación industrial intensiva.

Esta forma de agricultura busca ser más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, lo que implica un cambio en la forma en que se cultivan y se cuidan los cultivos. Los agricultores orgánicos utilizan técnicas que preservan la salud del suelo, los ecosistemas y las personas. Estas técnicas incluyen la rotación de cultivos, la cobertura del suelo, el compostaje, la diversidad biológica, el control integrado de plagas, entre otras. A pesar de los beneficios, los agricultores orgánicos enfrentan varios desafíos, como el manejo de plagas y enfermedades, la fertilidad del suelo y la competencia con la agricultura convencional.

La agricultura orgánica requiere un enfoque holístico que considere todos los aspectos del sistema agrícola, desde el suelo y los cultivos hasta los animales y las personas. Aunque la transición a la agricultura orgánica puede ser un desafío, los beneficios a largo plazo para la salud del suelo, el medio ambiente y las personas pueden ser significativos.

Redactado por: Croper