La deshidratación es un problema de salud común que enfrentan los caballos, especialmente después de realizar actividades cotidianas o ser trasladados a competencias, ferias, pistas, o simplemente, ser sacados de su entorno. Aunque este problema puede parecer menor y fácil de resolver, puede generar complicaciones serias e incluso la muerte del animal.
En una carrera de resistencia, el 50% de los caballos dejan de correr debido a la deshidratación. Por lo tanto, es crucial reconocer cuándo un caballo está deshidratado y en qué grado lo está. No todos los caballos que realizan un ejercicio, van a una competencia oa una cabalgata sufren deshidratación después de una larga jornada de trabajo.
Los caballos que están entrenados para estas actividades pueden realizar su función sin padecer este problema. En estos casos, simplemente necesita beber suficiente agua, como lo hacen de manera cotidiana, para recuperar los líquidos perdidos durante la actividad.
Sin embargo, hay otros caballos que no están tan bien adaptados. Estos animales pueden presentar síntomas de deshidratación como alta sudoración, orina de color fuerte, espasmos musculares, aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca, y decaimiento, entre otras afecciones.
Cuando se sospeche de deshidratación, es mejor acudir a los profesionales. Los veterinarios pueden identificar la deshidratación mediante procedimientos como el llenado capilar, que consiste en ejercer presión con el pulgar sobre las encías del caballo. Si la coloración tarda más de dos segundos en volver a ser rosada, este es un signo de deshidratación.
Otra forma de comprobar la deshidratación es el pliegue cutáneo, que consiste en pellizcar la piel del animal y observar si tarda más de dos segundos en volver a su lugar. Además, es importante revisar si las membranas y mucosas están pálidas, lo cual no es normal en su estado.
Tomado de: agronegocios.co
Editado por: Croper