La fase preparto representa una de las etapas críticas en el ciclo reproductivo de los bovinos. Durante este período, es esencial brindar una alimentación que no solo compense la pérdida de energía, sino también proporcionar una atención integral tanto a la vaca gestante como a su futura cría. Estas medidas son fundamentales para garantizar indicadores reproductivos óptimos y una rentabilidad excepcional en la ganadería.

La fase de preparto generalmente ocurre faltando entre uno y dos meses para la fecha probable del parto. En ese lapso de tiempo, se debe ubicar a los animales próximos en lotes específicos para ellos, con el objetivo de darles una atención priorizada y  evitar que sufran algún tipo de traumatismo que afecte la vida de la cría.

Esta medida agiliza la detección de problemas durante el parto, permitiendo que la persona a cargo pueda tomar medidas rápidas y efectivas, como tratamientos o acciones correctivas, en el momento adecuado para abordar cualquier patología o deficiencia.

Los síntomas visibles que indican la cercanía del parto incluyen una vulva inflamada, la elevación de la base de la cola del animal y la expulsión del tapón de moco que se halla en el cuello del útero.

En esta fase, es crucial considerar los cambios fisiológicos, hormonales y metabólicos que afectan la calidad de vida de la vaca si no se manejan adecuadamente. Junto con el suministro constante de agua, proporcionar una suplementación alimentaria equilibrada con la cantidad de energía necesaria durante el parto es esencial, ya que esta etapa implica un mayor desgaste en la vida del animal.

Según Nutriar, una empresa con más de 15 años de experiencia en nutrición animal, si una vaca en su etapa preparto no consume la cantidad adecuada de materia seca, su condición corporal y su capacidad reproductiva pueden verse afectadas. Durante esta fase, el consumo de alimento de la vaca gestante puede disminuir hasta un 30%, lo que provoca un desequilibrio nutricional y debilita su sistema inmunológico, haciéndola más propensa a enfermedades metabólicas como la hipocalcemia.

Es esencial proporcionar a los animales suficiente forraje y una dieta equilibrada que incluya materia seca, energía metabolizable, fibra detergente neutra, proteína cruda y minerales como calcio, magnesio, fósforo, potasio, sodio y cloro.

“La dieta del preparto, en términos generales, debe cumplir con un consumo de materia seca entre 11 y 13 kilogramos al día; proveer 2,6 mega calorías de energía; contar con 40% o 50% de fibra detergente neutra; de 13% a 15% de proteína y menos de 0,6% de calcio y de 0,4 de fósforo, pero más que 0,45% de magnesio”, precisó Ricardo Arenas, responsable de cadenas, asistencia técnica y extensión de Fedegan.

Es importante evitar un exceso de concentrados en la dieta preparto, ya que puede aumentar el riesgo de enfermedades. Un adecuado manejo alimenticio es esencial para garantizar el éxito de la gestación, y debe ser supervisado por un experto que determine las necesidades específicas de cada animal.

Tomado de: https://www.agronegocios.co/