La electroagricultura desafía la dependencia natural de las plantas a la fotosíntesis, promoviendo cultivos sin necesidad de luz solar.

La agricultura es un pilar esencial para el mundo, ya que no solo proporciona alimentos, sino también plantas que ayudan a regular el ambiente. Tradicionalmente, la agricultura está vinculada al proceso de fotosíntesis, mediante el cual las plantas convierten la luz solar en energía.

No obstante, un enfoque innovador llamado “electroagricultura” está cambiando esta dinámica al permitir que los cultivos crezcan sin luz solar ni tierra, lo que podría revolucionar la producción de alimentos.

Investigadores de las universidades de Washington, Delaware y California han desarrollado una técnica que reemplaza la fotosíntesis por una reacción química impulsada por energía solar. Este proceso convierte el dióxido de carbono en acetato, una molécula orgánica que las plantas modificadas genéticamente pueden utilizar como fuente de energía, sin necesidad de luz solar. Este avance permitiría que las plantas crezcan en la oscuridad y con un 94% menos de tierra, según los investigadores.

La electroagricultura se basa en la electrólisis del dióxido de carbono para producir acetato, que luego es consumido por las plantas. Además, reduce considerablemente el uso de tierra y agua, recursos que se están agotando debido al cambio climático y la expansión urbana.

En entornos urbanos densamente poblados, la electroagricultura podría facilitar la agricultura vertical y otras formas de cultivo en interiores, reduciendo la dependencia de tierras agrícolas tradicionales, lo que aumentaría la producción y disminuiría la huella de carbono relacionada con el transporte de alimentos. En zonas con condiciones extremas o suelos pobres, esta técnica podría ofrecer una alternativa viable para la producción alimentaria.

Sin embargo, este enfoque aún enfrenta varios retos. Es necesario realizar más investigaciones para entender completamente los impactos ambientales y económicos de estas técnicas, además de asegurar que los alimentos producidos de esta forma sean seguros y nutritivos para el ser humano. La modificación genética, por supuesto, sigue siendo un proceso complejo.

A pesar de estos desafíos, la electroagricultura representa un paso fundamental hacia una agricultura más flexible y sostenible, adaptada a las necesidades del futuro, al desvincular el crecimiento de las plantas de la luz solar y de la tierra.

Editado por Croper.com
Tomado de Agronegocios