A diferencia de la ganadería en Estados Unidos, que se basa en alimentación a través de feedlots y concentrados, en Colombia el 99% de las producciones ganaderas dependen de las pasturas como principal fuente de nutrición para el ganado.

Por eso son clave las diferentes variedades de pasturas que se le suministran al ganado, que dependen de otras variables como el clima y la raza del hato. Pero hay un factor que los productores deben cuidar para la alimentación del ganado y son los efectos que generan las malezas en su nutrición.

Entre los síntomas que las malezas toxicas generan en la alimentación del ganado está: el debilitamiento, intoxicaciones, abortos, reabsorciones fetales, fotosensibilización, problemas congénitos e incluso la muerte.

Héctor Rincón, líder de la categoría de potreros y semillas de Corteva Agrisciense, explicó que existen “diversos tipos de malezas como son algunos bejucos, los helechos, y otras especies de malezas leñosas, semileñosas y herbáceas con variados principios tóxicos, que afectan negativamente a los bovinos”.

Pese a esto, el experto agregó que lo mas importante es saber identificar las malezas en campo y de esa manera brindar el control adecuado para evitar que el ganado las consuma.

Los efectos son notorios en la ganadería de carne, ya que, según la compañía, uno de los mayores perjuicios que generan las malezas en las pasturas es la disminución de la calidad y capacidad de producción de proteína.

Según las cifras de la compañía, las malezas en los potreros pueden disminuir la producción potencial del forraje entre 20% y 85%.

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"Cuando no se aplica ningún método para su control, la presencia de malezas hace que los potreros sean poco productivos, por lo que es imposible intensificar su uso", agregó el experto.    

Tomado de: https://www.agronegocios.co/