La Federación Nacional de Cafeteros fundó el Centro Nacional de Investigaciones de Café, conocido como Cenicafé, en 1938. Su propósito era investigar varios aspectos de la producción de café, incluyendo su calidad, las plagas y enfermedades que lo afectan, y la conservación de los recursos naturales en las regiones cafeteras de Colombia. Desde su fundación, Cenicafé ha tenido la misión de desarrollar tecnologías adecuadas para la producción de café en Colombia, buscando siempre la sostenibilidad en términos económicos, ambientales y sociales.

Una de estas investigaciones y de gran importancia para la caficultura colombiana, es el desarrollo de la primera fase de una nueva molécula para el control de la Broca, un insecticida a base de oleato de cafeína. Después de 12 años de investigación básica y aplicada se llega a este producto que tiene componentes naturales y eficaces en el control de la Broca del café en el país.

Durante la investigación se evaluaron alrededor de 70 prototipos hasta llegar al producto final, este insecticida también permite controlar el Minador del Café, la Arañita Roja, la Chamusquina del Café e insectos de otros cultivos como aguacate y cacao.

La nueva molécula es una base de cafeína, sustancia natural que producen las plantas como el café, el té y el guaraná para defenderse de los insectos. Tengamos en cuenta que la broca es el insecto que causa los mayores problemas en la caficultura colombiana y que en su tracto digestivo, contiene bacterias que degradan la cafeína, la cual al ser ingerida no le causa ningún daño.

Pero los investigadores de Cenicafé encontraron que todo dependía de cómo la cafeína llegaba a la broca para poder hacer su control y así fue como inició esta investigación. La idea era que esa cafeína pudiera entrar a través de la cutícula, la cual forma parte de su exoesqueleto, y que protege sus órganos internos.

Esa cutícula está compuesta por quitina, proteínas, ceras y lípidos a los que sólo un componente aceitoso puede penetrar, y para poder entrar la única manera era combinar la cafeína con el ácido oleico, que es precisamente un aceite.

Aquí lo que sabían los investigadores era que sí se lograba hacer esta combinación, utilizando además un surfactante, que es un jabón, se podía hacer una emulsión que forma la molécula llamada oleato de cafeína que puede penetrar esta cutícula de insecto.

Finalmente se logra la emulsión que se combina con agua y se puede asperjar de la misma manera que se asperja un insecticida de síntesis química. Cuando el oleato de cafeína penetra, afecta el sistema nervioso de los insectos y les produce una reacción de excitación, afectado el sistema muscular por lo que no puede comer, mover, ni volar y además se observaron daños directos en la cutícula.

Este avance representa un hito en la lucha contra la Broca y otras plagas que afectan la producción de café en Colombia, y es un ejemplo de cómo la investigación y la innovación pueden contribuir a la sostenibilidad de la caficultura en el país.

Tomado de: agronegocios.co

Editado por: Croper