Una “enmienda agrícola” es un producto que se le adiciona a un suelo para la corrección y mejora de al menos una condición física, química o biológica del mismo, de forma tal que las nuevas condiciones sean más adecuadas para las plantas sembradas (o por sembrar) en éste.

Algunos de éstos ajustes pueden ser entre otros: una mejora en la capacidad del suelo para liberar la disponibilidad de nutrientes hacia las raíces, unas mejores condiciones para la generación y crecimiento de las poblaciones de microorganismos benéficos para el suelo, una mejor aireación para el buen desarrollo de las raíces de las plantas, un ajuste en los valores del pH, la neutralización de algunos elementos tóxicos (o negativos) como aluminio, hierro, manganeso o metales pesados, el incremento en la Capacidad de Intercambio Catiónico – CIC del suelo; y en general, cualquier acción que promueva unas mejores condiciones para el suelo, que repercuta a su vez, en un mayor rendimiento para los cultivos desde la óptica agronómica.

Estas nuevas condiciones le permitirán al suelo estar más aireado, permeable, biológicamente activo, y con mejores condiciones químicas, lo que le ayudará a que libere y facilite una mejor disponibilidad de los nutrientes para el aprovechamiento por parte de las plantas, y que favorezca un mejor desarrollo de las raíces del cultivo ya establecido o próximo a sembrar.

La palabra “enmienda” viene del latín: “enmenditus”, que significa, enmendar, corregir, mejorar o ajustar; y se aplica completamente en el contexto de la agricultura, para aquellos productos que hacen lo propio (corregir, mejorar o ajustar) para los suelos de un cultivo.

Según el Instituto Colombiano de Normas Técnicas – ICONTEC, en su Norma Técnica Colombiana, NTC 1927, la definición técnica de una “enmienda agrícola” o acondicionador de suelo es la siguiente: “Toda sustancia cuya acción fundamental consiste en el mejoramiento de por lo menos una característica física, química o biológica del suelo”.

Es fundamental tener presente, que para poder definir el tipo de “enmienda agrícola” que se requiere para un suelo en específico, se debe partir de la realización e interpretación del “análisis del suelo”, y con base en este, definir la forma más adecuada de intervenir y mejorar las condiciones que se tienen.

Algunas de las “enmiendas agrícolas” más utilizadas y tradicionales de la agricultura, y que se conocen como “enmiendas agrícolas de primera generación”, ya que son productos muy elementales en su contenido, son las siguientes:

  • Cal agrícola (Roca Caliza molida o Carbonato de Calcio mineral)
  • Cal Dolomita (Roca Dolomita molida o mezcla natural de Carbonato de Calcio y Carbonato de Magnesio)
  • Roca fosfórica (Roca Flúor apatita molida o Fosfato de Calcio mineral)
  • Silicato de Magnesio (Rocas Serpentinas variedad antigorita molidas o Silicatos de Magnesio – Mg6Si4O10OH8).
  • Yeso agrícola (Yeso de mina molido o Sulfato de Calcio mineral)
  • Materias orgánicas compostadas (excretas animales y residuos vegetales)

Algunas de las “enmiendas agrícolas de segunda generación”, que corresponden a productos más evolucionados, técnicos y balanceados en su contenido, para una efectiva corrección del suelo; considerando un adecuado balance de las bases y la efectividad individual de cada uno de sus componentes en beneficio del agricultor, son las siguientes:

  • Cal viva (Caliza calcinada y molida u Óxido de calcio).
  • Cal apagada (Caliza calcinada e hidratada o Hidróxidos de calcio).
  • Dolomita calcinada (Oxido de Calcio y Magnesio).
  • Sulfato de Magnesio (síntesis química).
  • Yeso Químico (Sulfato de Calcio de síntesis química).
  • Mezclas Orgánico Minerales (materia orgánica en mezcla con minerales molidos).
  • Mezclas elementales de 2 o 3 productos (minerales o químicos) según el análisis del suelo.

Algunas de las “enmiendas agrícolas de tercera generación”, que realmente son fertilizantes técnicamente evolucionados, con acción dual (nutrición y suelo); logrando una efectiva nutrición de las plantas según sus requerimientos, y ajustando la corrección del suelo, en beneficio de la agricultura, son los siguientes:

  • Termofosfatos (rocas fosfóricas calcinadas)
  • Óxidos de Magnesio
  • Enmiendas específicas a la medida de las condiciones del suelo (con mezclas de productos minerales y químicos).

Como anotación complementaria, es importante tener claro que el proceso de corrección de un suelo, puede involucrar al menos alguna de las siguientes situaciones (o las dos):

1) El uso de “enmiendas agrícolas”

2) El uso de maquinaria para el ajuste de algunas condiciones existentes (aireación, incorporación, permeabilidad y realización de drenajes).

En resumen, una “enmienda agrícola” es cualquier producto que corrija, acondicione o mejore las características físicas, químicas o biológicas de un suelo con el objetivo de hacerlo más fértil, les asegure una adecuada disponibilidad de nutrientes y un buen desarrollo a las plantas, y les permita un mayor rendimiento a los cultivos.

Como norma y recomendación general, "Siempre antes de aplicar un fertilizante o un abono (producto aplicado para el aporte de nutrientes) se debe aplicar una enmienda agrícola (producto aplicado para la corrección del suelo)".

En otras palabras, primero se corrige el suelo y posteriormente se aplican los nutrientes (fertilizante o abono) que se requieran por parte del cultivo. Para esto, se debe tener presente que una vez se aplica la “enmienda agrícola” a un suelo, se le debe dar un periodo de espera o de acción de 20 a 30 días para que ésta cumpla su función de corrección en el suelo, antes de aplicar el fertilizante.

Fuente: Rio Claro
Editado por: Croper.com