Una vez elegido el frutal más adecuado, nos cuestionamos cómo se debe realizar su mantenimiento, es por esto que te dejamos estos útiles consejos sobre su plantación, poda, prevención de enfermedades y plagas.
1.Preparación de la tierra
Para que la plantación sea un éxito es mejor ser un poco previsor y con un mes de anterioridad realizar un hoyo de al menos 1 m de diámetro y 80 cm de profundidad, para posteriormente volver a rellenar aprovechando para enriquecer la tierra con un abono de fondo como humus de lombriz.
Si en los primeros años va a ser necesario fijar el frutal a una guía, sería conveniente colocar el armazón o tutor antes de rellenar con tierra los hoyos o zanjas realizados para mullir el terreno y mejorar su calidad y aireación.
2. Plantación de frutales desde maceta
La época adecuada para la plantación son aquella en la que ya no habrá riesgos de heladas que impidan la brotación y formación de nuevas raíces. Los pasos a seguir serían:
- Cavar un hoyo de un tamaño ligeramente superior al cepellón
- Sumergir el cepellón en un recipiente con agua para que se humedezca bien el sustrato del cepellón antes de sacarlo de la maceta
- Introducir el cepellón en el fondo del hoyo, procurando que la parte superior del cepellón quede a ras del suelo
- Rellenar el agujero sin apisonar la tierra
- Hacer un alcorque en torno al tronco con una azadilla y regar abundantemente
- Podar un tercio las ramas maestras para equilibrar la parte aérea (copa) con la parte subterránea (raíces)
Una de las tareas de mantenimiento más determinante en la obtención de una buena cosecha y que menos importancia se le da es la poda, muy necesaria en los árboles ya establecidos cada 4 o 5 años, ya que es una manera de rejuvenecer al árbol y favorecer la formación de nuevos brotes. La mejor época para realizar esta tarea es en noviembre, cuando el árbol está entrando en reposo vegetativo.
Los frutales son de los cultivos que más nutrientes consumen, por lo que además de realizar un abonado durante la primavera y época de formación del fruto con un abono específico para frutales, también se debe realizar un abonado previo con abundante materia orgánica con estiércol, compost o humus de lombriz, el cual se aplicaría al pie del árbol hasta la vertical de las ramas, a finales de invierno inmediatamente antes de que empiece el desarrollo vegetativo.
5.Acolchado
Una práctica que nos va ayudar considerablemente es la aplicación de un acolchado orgánico, una capa de al menos 5 cm de profundidad, de paja, hierba segada o cortezas de pino, que al repartir al pie del árbol limitará el crecimiento de las malas hierbas y además mantendrá un grado de humedad beneficioso para las raíces superficiales.
6.Tratamientos preventivos
Cuando el árbol está en reposo durante el otoño-invierno, ya se le han caído las hojas y las yemas empiezan a romper, es el momento de aplicar tratamientos que conseguirán una reducción o incluso una eliminación de los posibles daños de insectos u hongos, sobre todo en los frutales de pepita y hueso que son los más sensibles. El tratamiento se puede realizar en las siguientes fases:
- Aplicación a la caída de las hojas de un preparado de oxicloruro de cobre
- Tras la poda, aplicar de nuevo oxicloruro de cobre con aceite de parafina. De esta manera se protegerán las heridas causadas por la poda.
- Cuando las yemas empiecen a hincharse, repetir de nuevo la aplicación de parafina y oxicloruro de cobre. Si otros años se han dado problemas de pulgón o cochinilla, a esta nueva tanda se puede añadir un insecticida ecológico como el aceite de neem o azadiractin.
Otro problema con el que nos podemos encontrar en los frutales, es que gran parte de los frutos no se puedan aprovechar al recolectarlo, porque presenten daños o agujeros causados por larvas, fundamentalmente de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), cuya hembra deposita sus huevos a principios de primavera en el interior del fruto y para cuando queremos darnos cuenta al madurar el fruto vemos que ya ha sido devorado por las larvas.
En estos casos, la prevención es el método más eficaz, con la instalación de trampas o mosqueros con cebo que atrapen a los adultos antes de realizar la puesta.
Hay que adaptar el riego a cada especie, destacando cultivos como higueras, almendros, granados u olivos, que no requieren mucha agua, pero sobre todo hay que tener cuidado en la época de floración y última fase de maduración del fruto, ya que un exceso de agua puede provocar una caída de flores o un rajado de los frutos respectivamente.
8.Polinización
La polinización de las flores es necesaria para la formación del fruto, siendo esencial el papel de las abejas en el trasporte del polen de una flor a otra.
La mayoría de frutales, y sobre todo, aquellos que se comercializan son ejemplares que se auto polinizan, es decir, el polen de un árbol es capaz de fecundar a sus propias flores. Por tanto, no requieren de otro árbol cercano para que se produzca la polinización cruzada, el intercambio de polen entre flores de distintos árboles compatibles.
Existen casos curiosos como el kiwi, un árbol dioico en el que las flores femeninas y masculinas se desarrollan en árboles distintos, por lo que obligatoriamente sí que tendremos que tener un árbol "macho" y otro "hembra".
9.Protección de los frutos
Con los frutos ya en el árbol será tan conveniente aumentar la protección de estos frente a agentes tanto climáticos (granizo) como biológicos (pájaros) que puedan a última tirar al traste la cosecha.
El embolsado de frutos, ha de realizarse cuando la fruta ya tiene unos 4 cm, y aunque es laborioso cubrir cada fruta con una bolsa desde el pedúnculo, constituyen una barrera física que impide el acceso a plagas como la mosca de la fruta y disminuyen el daño producido por episodios puntuales de granizo.
En algunos cultivos como el níspero, cubrir la copa del árbol con una malla anti pájaros resulta casi obligatorio para poder llegar a probar algún fruto, ya que al impedir al pájaro posarse en las ramas tienen menos acceso a la fruta.
10.Recolección
El disponer de un frutal en casa nos da la oportunidad de saborear la fruta en punto óptimo de maduración, siendo el momento correcto de su cosecha cuando los frutos adquieren color y aroma, y simplemente con un suave tirón el fruto se desprende.
Si te has decidido a incorporar en tu huerto o jardín algún árbol frutal, puedes encontrar una gran cantidad de especies y variedades en nuestra familia de Árboles Frutales.
Fuente: Planeta Huerto
Editado por: Croper