La ciencia avanza hacia la cría de bovinos con bajas emisiones de metano, según una investigación de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania. Se han identificado diferencias clave en vacas que naturalmente emiten menos metano que la media.

En dicha investigación se afirma que los rumiantes son una de las mayores fuentes de emisiones de metano (CH4) a nivel global, teniendo en cuenta que este metano CH4 entérico es producido exclusivamente por arqueas metanogénicas como producto natural durante la fermentación microbiana en el retículo rumen.

Según Dipti Pitta, profesor asociado de Mark Whittier y Lila Griswold Allam de la Facultad de Medicina Veterinaria, las variaciones en las emisiones de metano se relacionan con diferencias en las poblaciones microbianas y sus vías de fermentación. Aunque el estudio se centra en vacas lecheras, Pitta sugiere que los resultados son aplicables a otros rumiantes como ganado vacuno y ovino.

El experto dice que reducir estas emisiones es una prioridad para los ganaderos, teniendo en cuenta que los emisores bajos de metano son vacas más eficientes.

En palabras de Pitta, “la formación de metano es un proceso energéticamente ineficiente, por lo que reducir la producción de metano devuelve esa energía a la vaca para usarla en actividades metabólicas, incluida la mejora de la tasa de crecimiento y la producción de leche”.

Los avances actuales han demostrado que alimentar al ganado con inhibidores de metano puede prevenir la producción de este gas por parte de los microbios del rumen. Aunque hay poca investigación en este campo, el estudio, publicado en el Journal of Dairy Science, aboga por la cría de animales que emitan naturalmente menos metano. Según Pitta, el enfoque investiga componentes genéticos y parámetros del microbioma del huésped asociados con la baja emisión de metano, con la esperanza de permitir la cría selectiva de ganado con estas características.

Pitta y su equipo seleccionaron cinco vacas con bajas emisiones de metano y cinco con altas emisiones de un rebaño de 130 vacas Holstein lactantes en Penn State. El objetivo era caracterizar las diferencias entre estos grupos en términos de genética, producción de leche, fermentación ruminal y microbiomas ruminales.

Las vacas con bajas emisiones de metano tienden a tener estructuras más pequeñas, lo que se traduce en estómagos más reducidos y una rotación más rápida de alimentos en el rumen. Pitta sugiere que la conexión entre el tamaño corporal y las emisiones de metano puede no ser evidente de inmediato. Las vacas más pequeñas tienen rúmenes más pequeños, comen menos en un momento dado, lo que resulta en una tasa de paso más rápida de alimentos por el intestino. Este ritmo rápido es menos propicio para los microbios que producen metano.

Tomado de: https://www.contextoganadero.com/