El estrés calórico es uno de los problemas más recurrentes en la porcicultura. Los cerdos tienen mecanismos de termorregulación muy limitados en comparación con otras especies. Se ha establecido que el rango de temperatura ambiental óptimo para ellos está entre 12 a 24 grados Celsius (°C). Por encima de esta escala centígrada, se presenta el síndrome de estrés por calor.

Cuando los cerdos están sometidos a altas temperaturas, disminuyen el consumo de alimento y aumentan la ingesta de agua. Esta reducción en el consumo de alimento resulta en una disminución en la ganancia de peso. Además, las altas temperaturas generan en el cerdo sustancias oxidativas que dañan las membranas celulares, afectando la mucosa intestinal, los espermatozoides, óvulos y gestaciones tempranas.

Estos factores se reflejan en problemas digestivos como diarreas, alteración del sistema inmune, haciéndolos más susceptibles a enfermedades, menor fertilidad y tamaño de camada al momento del parto. En la etapa de lactancia, puede disminuir la producción de leche de las hembras, lo que a su vez traerá consecuencias sobre la sobrevivencia de los lechones lactantes, incrementando así la posibilidad de tener porcentajes de mortalidad más altos en esta etapa.

En las fases de crecimiento, el estrés calórico puede incrementar las conversiones alimenticias (dado principalmente por el gasto energético de los animales para el proceso de termorregulación) y disminuir el consumo de alimento por parte de estos, lo cual afecta negativamente de manera directa la ganancia diaria de peso de los porcinos. Esto puede representar en el corto y mediano plazo, el incremento en los costos de producción y los tiempos de llegada a peso de sacrificio respectivamente.

Para reducir este síndrome en la producción de cerdos, los porcicultores deben implementar sistemas de ventilación y/o nebulizadores o verificar el funcionamiento de los existentes. Estas medidas pueden ayudar a mantener las condiciones ambientales dentro del rango óptimo para los cerdos, minimizando así el impacto del estrés calórico en su salud y productividad.

En resumen, el estrés calórico en cerdos es un problema significativo que puede tener efectos adversos en la salud digestiva y la productividad de estos animales. Sin embargo, con las estrategias de manejo adecuadas, es posible mitigar estos efectos y mantener la salud y el bienestar de los cerdos.

Tomado de: agronegocios.co

Editado por: Croper