En tiempos en los cuales se pasa más tiempo en los hogares y sin la posibilidad de hacer tanto ejercicio, es fundamental prestar especial atención a los alimentos que se consumen. Es por esto que es importante hacerse algunas preguntas ¿qué se debe comer para sentirse bien? ¿cómo nutrirse mejor? y ¿de dónde provienen y cómo se producen los alimentos que consumimos?

Una mejor calidad de vida empieza por una nutrición saludable ya que una dieta completa y rica en vitaminas no solo ayuda a proteger a la población de la desnutrición, sino que también es la clave para prevenir enfermedades como las cardiopatías, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.

La Organización Mundial de la Salud explica que llevar una dieta equilibrada, variada y saludable depende de múltiples factores determinados por la edad, el sexo y los distintos hábitos personales, así como la cantidad y la calidad del ejercicio físico que cada persona practique.

Entre las principales recomendaciones para los adultos incluyen aportar a la dieta frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. La OMS aclara que deben consumirse al menos 400 gramos, es decir, cinco porciones de frutas y hortalizas al día.

Estos productos, muy valiosos para que nuestro organismo se desarrolle y funcione de forma correcta, provienen de la tierra; son el resultado de una compleja cadena que empieza con buenas prácticas agrícolas y termina con la presentación de productos nutritivos en la mesa de los consumidores en todo el planeta. En un contexto de pandemia, como el que nos toca vivir, el rol de los productores adquiere un valor aún mayor, ya que son responsables de abastecernos con alimentos esenciales.

La producción a gran escala de frutas, verduras, legumbres o cereales, productos que se encuentran en la base de la pirámide nutricional, es uno de los mayores desafíos del mundo moderno, tanto en países que tienen habitantes con problemas de desnutrición como en aquellos que sufren problemas de obesidad.

Este último caso, que históricamente ocurría con mayor frecuencia en países desarrollados, hoy afecta a todo tipo de naciones: debido a estilos de vida acelerados y a nuevos hábitos culturales, cada vez se consumen más grasas, azúcares, sal y productos procesados, generando un aumento en los casos de obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.

Campo y hambre cero

Del campo provienen los productos naturales que pueden corregir aquellas dietas poco equilibradas que conducen, por ejemplo, a la obesidad. Pero la actividad agropecuaria tiene, además, el inmenso desafío de ayudar a cubrir las necesidades alimentarias de una población mundial en constante crecimiento, que en muchos casos no tiene acceso a ciertos productos básicos (frutas, verduras y legumbres, entre otros).

De hecho, el segundo de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) se refiere a la necesidad de alcanzar el hambre cero para 2030, un esfuerzo que será posible si, entre otras cosas, el mundo agrícola logra conformar un sistema equilibrado y eficiente para producir alimentos de manera sostenible.

Para garantizar la seguridad alimentaria en los próximos diez años es necesario que la agricultura continúe siendo una industria pujante, capaz de ayudar a cubrir en buena medida las necesidades nutricionales de comunidades de todo el mundo. Con el aporte de productos frescos y naturales, puede cumplirse el ambicioso objetivo de ofrecer a todos una alimentación completa, equilibrada y saludable.

Suelos saludables, alimentación saludable

La industria agrícola, responsable de la producción masiva de alimentos saludables recomendados por la OMS para mantener una dieta equilibrada, cuenta con un recurso natural vital: el suelo. Gracias a la agricultura, en esta rica capa terrestre -compuesta por minerales, agua, aire y materia orgánica- cobran vida cultivos de todo tipo que serán la base de una alimentación saludable para miles de millones de personas.

El cuidado de los suelos es, por lo tanto, un deber de todos, ya que allí se produce cerca del 95% de la producción de alimentos de todo el mundo. Además, su cuidado y mantenimiento es especialmente importante teniendo en cuenta que solo el 11% de los suelos son considerados adecuados para la agricultura.

Si existe un estrecho vínculo entre el agro y la alimentación saludable es gracias a los suelos fértiles de todo el planeta, que permiten cultivar aquellos alimentos que ayudan a tener una dieta completa y sana, como las frutas, hortalizas, semillas, granos y cereales.

Fuente: Bayer
Editado por: croper.com