Autor fotografía: Paola Andrea Peña Roa.

La ganadería regenerativa es un modelo de gestión ganadera sostenible que maneja los bovinos de una forma diferente, permitiendo que el suelo se recupere y se enriquezca.

La ganadería regenerativa, se puede definir como un modelo de gestión ganadera sostenible, que mejora la productividad de la explotación, y al mismo tiempo permite la restauración de ecosistemas a través de la rehabilitación y conservación de suelos, el aumento de la biodiversidad.

Este tipo de ganadería ha crecido en los últimos años de forma acelerada debido a todo el impacto social, ambiental y económico que han tenido todas las empresas que la implementan.

Los suelos del mundo se están deteriorando rápidamente debido a la erosión, el agotamiento de los nutrientes, la pérdida de carbono orgánico, la compactación y otras amenazas. Según la ONU (2015), la erosión destruye cada año de 25 a 40000 millones/ton de la capa arable.

En Colombia, el suelo con vocación agrícola corresponde: a 22 millones de hectáreas, Agroforestal cuatro millones de hectáreas y Ganadera, 15 millones de hectáreas. Sin embargo, se utilizan en agricultura cinco millones de hectáreas y en ganadería más de 34 millones de hectáreas (IGAC,2012), presentándose serios conflictos y deterioro progresivo de los ecosistemas.

La situación tiende a mejorar con la implementación de modelos alternativos de ganadería regenerativa, que mejoran la funcionalidad y estructura de los ecosistemas, y, por tanto, se incrementa la capacidad de resiliencia del territorio, mediante la oferta de servicios ecosistémicos que fortalecen la economía y el bienestar humano.

Sus ventajas frente a la ganadería convencional son notorias, permite mayor carga animal por unidad de área, vegetación y fauna diversa, menos costos de insumos externos, periodo de descanso del suelo más prolongados, menor ocupación de los potreros en unidad de tiempo (no compactación), incremento del aporte natural de mejoradores de suelo representados en orina y estiércol, mayores ingresos para los productores, carne y leche más sana y menos utilización de agroquímicos entre otros.

Es una forma de gestionar los recursos que restaura los agroecosistemas para producir alimentos y servicios ecosistémicos por medio de cortes de energía solar y química. Lo más importante de esto es que no se necesita combustibles fósiles porque no se trabaja con tractores, guadañas, ya que se hace proceso mucho más natural, activando la vida del suelo mediante aportes muy altos de bosta y orina sana.

Esto se lleva a cabo con el pastoreo no selectivo y organizado de los animales con tiempos de descansos apropiados según las condiciones edafoclimáticas en beneficio de la relación suelo – planta – animal bajo principios de sostenibilidad económica, social y ambiental.

Disney Baquero Umaña, médico veterinario y zootecnista especializada en ganadería regenerativa, explica que el ser regenerativo es una meta, proyecto y proceso, pues se han venido sumando muchas personas. “Ese es nuestro proyecto de vida, por eso debemos preguntarnos ¿por qué ser regenerativo? La respuesta es que debemos empezar a usar energía sana y a pensar que nuestros recursos no son infinitos”, menciona Baquero Umaña.

Para la profesional, la sustentabilidad es un puente para la actividad productiva, pero la regeneración es el destino final, teniendo presente que se deben cuidar los recursos y ofrecerle al mercado unos productos más amigables con el medio ambiente.

Según Baquero Umaña, “lo que queremos es regenerar por medio de la captura y tenencia del carbono en el suelo, activando la vida de esa tierra y conservándola. Al llegar a esta, logramos que los bosques no se sigan talando porque cada vez hay más comida, al contrario, los estamos blindando”.

La experta afirma que esta regeneración es una necesidad ante el cambio climático inminente que se está presentando en el mundo, teniendo en cuenta que se debe velar por garantizar la seguridad alimentaria.

“No podemos seguir pensando en producir y desconectarnos con la ciudad. Tenemos que conectarnos y trabajar para que la sociedad, que está consumiendo, tenga cada vez alimento de calidad, saludables e inocuos. De esta forma los consumidores pueden sentir el valor nutricional, pero también ese sabor de la regeneración”, asegura Baquero Umaña.

Impacto económico

La profesional expresa que desde su trabajo se ha llegado a “238 kilos de carne por hectárea al año, con unos costos de 180 kg de carne y una utilidad de 258 kg de carne. Esto lo contrastamos con otros sistemas que pueden que produzcan mucho más pero también gastan más y a la hora de ver las utilidades termina siendo algo diferente”.

Hay otras formas de producir que, según la experta, “están mandadas a recoger y que tenemos que cambiar sí o sí porque si no entramos a producir de una manera sostenible nos vamos a salir del mercado porque se está trabajando a pérdidas. Este es un llamado para que todos comiencen a ver con otros ojos esta forma de producir”

El modelo igualmente, permite que los animales puedan tener una oferta alimentaria diversa permanente en cualquier época del año, con control biológico natural, favoreciendo la oferta biológica del suelo, la captura de carbono y disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Fuente: Contexto ganadero
Editado por: Croper.com

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