La estomatitis vesicular es una enfermedad de origen viral que afecta a las especies bovinas, equinas, porcinas, ovinas, caprinas y potencialmente al hombre.
La sintomatología es muy similar a la de la fiebre aftosa, con la cual se puede confundir fácilmente, pero los caballos son resistentes a la fiebre aftosa y susceptibles a la estomatitis vesicular.
En el caso de los humanos, la enfermedad se caracteriza por un cuadro gripal. Fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza y en ocasiones vesículas en labios, lengua, manos y algunas veces en el sistema nervioso.
Características en diferentes tipos de animales
•Caballos: superficie superior de la lengua, superficie de los labios y alrededor de los ollares, comisuras de la boca y encías.
•Bovinos: lengua, labios, encías, paladar y a veces hocico y alrededor de los ollares
•Porcinos: hocico
•Equinos y los ovinos: lesiones en los pies.
•Ganado lechero: lesiones de los pezones.
•Cerdos: las lesiones en los pies y la cojera.
En Colombia el diagnostico de la estomatitis vesicular en la especie bovina, representa el mayor porcentaje de las enfermedades vesiculares, siendo los departamentos más afectados Antioquia, Santander, Meta, Cundinamarca, Casanare, Huila, Tolima y Valle.
Su transmisión se realiza por contacto directo, sea por inhalación a través de los ollares, boca o daños en la piel; siendo fuentes de infección la saliva, el liquido y el epitelio de las vesículas rotas.
Esta enfermedad es endémica en el país, es decir que se presenta de forma permanente y en la especie bovina constituye el mayor porcentaje de las enfermedades vesiculares. Para el año 2018 se presentaron un total de 238 focos en 21 departamentos, con mayor frecuencia en Santander con 40 casos, Cesar 36 y Cauca y Antioquia 15 focos respectivamente.
Medidas sanitarias a tener en cuenta en presencia de la enfermedad
1. Separar y aislar los animales enfermos de los sanos.
2. Facilitar la alimentación de los enfermos con pastos suaves.
3. Realizar tratamientos tópicos para evitar contaminación bacteriana.
4. Dedicar en lo posible personal y equipo para uso exclusivo de los enfermos
5. Tratar a los animales enfermos después de los sanos.
6. Restringir la movilización de los enfermos y sus contactos.
7. Restringir la movilización de équidos enfermos o en contacto con animales enfermos de cualquiera que sea la especie afectada.
8. Limpiar y desinfectar las instalaciones, equipo, y utensilios en contacto con animales enfermos.
9. Ordeñar y tratarlos animales enfermos después de los sanos.
El impacto social de la enfermedad para la especie bovina está representado por la disminución de carne y leche, ocasionando cuantiosas pérdidas económicas y por ende repercusión sobre la salud humana.
En la especie equina el impacto está representado principalmente por las lesiones en cascos, lo cual repercute directamente en la disminución de la capacidad de trabajo e inclusive de alimentación. La recuperación de cascos cuyo período puede oscilar entre 4 y 6 meses.
La vacunación es una de las herramientas utilizadas para prevenir la presentación de la enfermedad. Estudios experimentales han permitido evaluar la capacidad protectora del inmunógeno en las especies bovina y porcina; para la especie equina actualmente no se recomienda la aplicación de la vacuna, no porque no proteja sino porque el adyuvante en que está preparada produce la formación de granulomas en esta especie, lo cual no tiene presentación aun tratándose de équidos de trabajo.
Fuente: ICA
Editado por: Croper.com