Aunque en Colombia se siembran aproximadamente 130.000 hectáreas de papa y se producen cerca de 2,8 millones de toneladas cada año, según datos del Ministerio de Agricultura, la presencia de agentes fitopatógenos en los cultivos, tales como la bacteria Pectobacterium carotovorum, causante de la pudrición blanda en la papa, altera significativamente los índices de productividad, generando grandes bajas económicas para los productores y comerciantes.

La pudrición blanda, provocada por la bacteria Pectobacterium carotovorum, es una enfermedad grave que afecta principalmente a los tubérculos de papa, especialmente durante el almacenamiento posterior a la cosecha. A pesar de los esfuerzos con pesticidas y selección de semillas, su manejo y control siguen siendo desafiantes.

La bióloga Mayra Beltrán Pineda, junto a los profesores César Augusto Sierra y Luz Marina Lizarazo, realizó una investigación en la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. En el estudio, se examinó la viabilidad de crear costales piloto con nanopartículas de plata (AgNp's) derivadas de hongos. Estas nanopartículas se propusieron como una solución para reducir los efectos negativos de la bacteria en los tubérculos almacenados en comparación con los empaques convencionales.

El trabajo, centrado en el área de la nano biotecnología, se desarrolló en el municipio de Ventaquemada, Boyacá, en la vereda de Montoya. “La idea era realizar un estudio de bioprospección para seleccionar hongos aislados de la rizosfera de cultivos de papa como potenciales productores de nanopartículas de plata”, precisó.

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Aunque los nanomateriales, reconocidos por su acción antimicrobiana comprobada sobre patógenos de importancia clínica, se obtienen tradicionalmente por rutas fisicoquímicas con ciertas limitaciones en términos de costos y efectos ambientales.

Se evaluaron nanopartículas de plata mediante análisis y pruebas antibacteriales preliminares contra Pectobacterium carotovorum. Fusarium oxysporum demostró un mejor rendimiento en la producción de estas nanopartículas debido a sus cualidades técnicas. Estudios más especializados confirmaron su actividad antibacteriana contra el fitopatógeno. Para minimizar la liberación al medio ambiente, las nanopartículas se inmovilizaron en fibras de algodón, creando fibras antibacteriales que se caracterizaron y evaluaron frente al fitopatógeno, según afirmó Beltrán Pineda.

Aunque la investigación arrojó resultados positivos, para Beltrán Pineda, es fundamental contar con nuevas investigaciones que logren llevar a mayor escala el piloto del costal antibacterial, y cuantificar variables relevantes en el proceso. “Se espera que se desarrollen nuevas tesis de maestría y doctorado al respecto con el grupo de investigación en Macromoléculas de la UN, bajo la dirección del profesor Sierra, grupo que trabaja activamente en el desarrollo de empaques inteligentes y en muchas otras temáticas actuales”, concluyó.

Tomado de: https://www.agronegocios.co/