La propuesta de valor de la compañía mexicana, con foco en el acondicionamiento del suelo y la bioestimulación radicular, ha tenido notables resultados en cultivos de alto valor como cerezos, uva de mesa, arándanos y paltos. Esto ha permitido que las producciones en Colombia, Perú y Chile mejoren en kilos, calibres y también en calidad.

Los avances técnicos y la tecnología han permitido a agricultores acceder a diferentes cultivos de alto valor, en diferentes zonas geográficas y climáticas, con altos niveles de productividad que han permitido rentabilizar la inversión en los campos.

Pero para alcanzar esos altos niveles de producción, se requieren una serie de procesos que van desde el manejo del suelo, el riego, la nutrición, podas, sanidad, todo para alcanzar la cantidad de kilos esperados con la calidad deseada.

Sin embargo, la base de todo este trabajo está en la raíz, señala Roberto Navarrete, líder de desarrollo de propuestas de valor para la región andina de Innovak. “Es fundamental partir desde una alta biomasa de raíces y además muy activa, que permita a la planta lograr equilibrios y finalmente, con todas las labores que hagamos durante la temporada, consigamos los resultados esperados”.

De acuerdo a Navarrete, el trabajo de expertos ha permitido que cultivos como arándanos, paltos y uva de mesa -principalmente-, se puedan plantar transversalmente en la región andina, gracias a que se han hecho ajustes en el manejo para generar condiciones favorables tanto a nivel de suelo como a nivel aéreo, para que las plantas puedan entregar lo que se les pide al final de la temporada.

Sin embargo, este trabajo intensivo genera una limitante en los huertos de la región: la compactación, que ha llegado de diferentes formas, dado los diversos contextos edafoclimáticos entre aquellos campos sobre y bajo la línea del Ecuador, lo que progresivamente hará decaer el potencial de los huertos debido a que las raíces tendrán un ambiente más hostil para desarrollarse.

Sin tratamiento, incluso la arena se compacta

Las raíces, para que puedan tener un buen nivel de crecimiento y de actividad, necesitan condiciones favorables de suelo. Innovak lleva varias décadas liderando el estudio de suelos y la rizósfera, con los que ha generado propuestas de valor a la medida para cada campo, que parte por un diagnóstico que permite identificar las limitantes de cada huerto.

“Si encontramos condiciones limitantes en el suelo, hay que partir por acondicionarlo físicamente. Luego viene en nuestra propuesta aspectos muy vinculados a la química de suelos, donde lo que buscamos es mejorar la disponibilidad de nutrientes, mejorar el acceso y absorción y finalmente mejorar su asimilación”, señala Navarrete.

La compactación a la que se enfrentan los huertos va de la mano de la actividad agrícola en sí misma, ya sea por factores físicos, químicos o biológicos. Por ejemplo, una carga física que ejerce fuerza sobre el suelo es el uso de maquinaria o el paso de personal, incluso la misma agua destinada a riego o de lluvia; todo puede ser considerado una carga física para el suelo, que va sumando en la compactación.

De acuerdo a Navarrete, los excesos de fertilización también tienen mucho que ver con la compactación de los suelos, ya que las sales como el sodio van a complicar la estructuración de los suelos. Otro problema es la pérdida o -incluso en algunos casos niveles muy altos- de materia orgánica también podrían complicar las posibilidades del suelo.

“Si tenemos factores físicos y químicos que van compactando el suelo, la biología del suelo también se va a ir deteriorando y las poblaciones de microorganismos que contribuyen en la estructuración del suelo van a ir disminuyendo”, explica el especialista de Innovak, añadiendo que sin importar el tipo suelo, “absolutamente todos se van a compactar, obviamente en diferente intensidad, nos ha tocado encontrar en los diagnósticos que incluso los suelos arenosos de Perú se compactan, y si contienen arena fina, pueden comportarse igual o peor que un suelo arcilloso”.

En el caso de Chile, destaca también que el gran problema es la acumulación de sales, sobre todo en la región de Valparaíso, donde se observan desbalances en la parte química, debido a los muchos años de producción agrícola intensiva, con altos niveles de fertilización, lo que conlleva a desbalances en la parte química y biológica del suelo.

Equilibrio para ser productivos

Innovak ha centrado su investigación en el desarrollo de productos biorracionales para mejorar las condiciones de suelo y favorecer la dinámica radicular, lo que ha decantado en suelos altamente productivos debido a sus intervenciones que buscan favorecer los equilibrios de la fertilidad física, química y biológica del suelo.

“Cada zona tiene retos distintos, por ello lo importante es partir por un acondicionamiento físico del suelo, para luego, ya teniendo condiciones favorables, comenzar a bioestimular la raíz para que podamos tener mayor crecimiento y mayor actividad radicular”, explica Navarrete.

En Perú, Colombia o Ecuador, lo común es que si un árbol o una planta cuya copa se ve bien, su raíz también. Pero ello no ocurre necesariamente en zonas como Chile, donde sí podría pasar que el árbol o la planta no cuenten con un sistema radicular con suficiente biomasa, y sí podría tener fruta colgada y hacer la calidad por algunas temporadas, sin embargo, esos niveles productivos probablemente no serán sostenibles.

Las condiciones de clima en Chile como horas luz, intensidad lumínica y amplitud térmica serán algunas de las causas por las que incluso con el sistema radicular un tanto complicado, permitiría alcanzar kilos y calidad, de acuerdo a Roberto Navarrete.

“Sí puede pasar que veamos un árbol con una copa vigorosa, conteniendo fruta y de repente la raíz estará limitada. Cuando las condiciones son favorables en el suelo y la parte aérea, se va a generar una gran actividad metabólica, por lo que vamos a observar flujos vegetativos, radiculares y reproductivos, vamos a observar floraciones, cuajado, crecimiento y fruta con calidad, en condiciones favorables. En resumen, la copa va a producir carbohidratos, y en los ápices de los brotes en la copa se van a producir auxinas que van a movilizarse a la raíz”, comenta Navarrete.

Si las condiciones a nivel aéreo no son favorables, se reducirá la producción de carbohidratos y la producción de auxinas, lo que va a reducir ese flujo hacia las raíces y se ralentiza o hasta se puede detener el crecimiento y actividad de raíces.

Por ello, el experto señala que es importante considerar que el árbol siempre buscará sus propios equilibrios, lo que significa que no va a hacer más raíces de lo que necesita, ni tampoco va a hacer más copa de la de lo que necesita, y la base de este equilibrio será siempre la raíz, porque “es la primera que percibe las condiciones a nivel de suelo y comunica a la parte aérea a través de citoquininas”, detalla el líder para la zona andina de Innovak.

En conjunción con las citoquininas, quienes señalan la emisión de nuevas raíces son las auxinas, que se producen principalmente en los ápices de la parte aérea, y llevarán mensajes hacia la raíz.

“Cuando las condiciones en la parte aérea son favorables, ya sea temperatura, horas luz, humedad relativa, intensidad lumínica, se producen mayores volúmenes de auxinas y son enviados a la raíz con el mensaje de que en la parte aérea las condiciones son favorables”, señala Navarrete.

Con ello, las auxinas estimularán la generación de raíces nuevas, para poder abastecer a la copa de agua y nutrientes, pero necesitarán transportadores en un proceso que no suele ser rápido, y que puede ser bioestimulado.

“El fósforo es un transportador de energía y además es componente importante en los tejidos vegetales. Es decir, si vamos a formar raíces nuevas, necesitamos fósforo. Si vamos a señalizar la generación de raíces nuevas, se necesita calcio. Si el árbol va a producir auxinas, necesita zinc. Entonces también estos factores son importantes y tienen que estar en condiciones óptimas para que la emisión de raíz pueda darse de buena forma”, explica el experto.

Actualmente, y de acuerdo a los estudios y experiencia de Innovak en la zona andina de Sudamérica, las limitantes principales para el crecimiento y actividad de raíces vendrían a ser la resistencia a la penetración del suelo, la temperatura, la humedad y la oxigenación en el suelo. “Por eso hay que acondicionar el suelo para que la raíz tenga condiciones favorables, que le permitan explorar el suelo, pues la raíz respira más que la copa, entonces demanda más oxígeno, y además tiene que estar en equilibrio la humedad, la oxigenación y la temperatura del suelo, porque debajo de 15 grados se va a ralentizar y hasta frenar el crecimiento radicular”.

Navarrete detalla que la propuesta de valor de Innovak está orientada a mejorar el crecimiento y la actividad radicular, de manera directa, y como consecuencia a ello se contribuirá a tener árboles con equilibrio raíz-copa, todo desde el acondicionamiento físico del suelo con productos como Promesol 5X y Promesol Calcio; luego sigue el objetivo de incrementar la emisión de raíces con RadiGrow; a continuación sigue incrementar la asimilación de nutrientes a través de con NutriSorb; y finalmente, mejorar la disponibilidad de nutrientes con Biofit RTU. Además, en caso de que existan condiciones de estrés salino en las raíces, Innovak cuenta con Balox para mitigar los efectos de este problema.

Resultados con aumentos productivos de hasta  30%

Los arándanos y paltos son dos de los cultivos más sensibles a las condiciones de suelo, de acuerdo al experto. Por ello, el líder de desarrollo de propuestas de valor para la región andina de Innovak señala que en el caso de Chile han trabajado desde hace algunas temporadas en el acondicionamiento de suelos con estos tratamientos para favorecer el crecimiento radicular y las dinámicas radiculares.

Gracias a esto, han generado las condiciones para que los huertos vayan mejorando temporada tras temporada y finalmente puedan tener rendimientos cada vez más altos, con incrementos de entre 10 a 30% en las recientes cosechas. En términos de calidad, también han conseguido mejoras notables, incrementando los porcentajes de fruta exportable en arándano.

Respecto al cerezo, hasta el momento el principal fruto de exportación de Chile, también cuentan con resultados en esta temporada, luego de haber acondicionado suelos con Promesol 5X, incrementando la emisión de raíces con RadiGrow, incrementando la asimilación de nutrientes con Nutrisorb e incrementando la disponibilidad de nutrientes con Biofit RTU, con resultados similares: han incrementado un 10 a 30% el porcentaje de fruta exportable.

En el caso de Perú en tanto, Navarrete comenta que cuentan con experiencias interesantes. Como en la zona de Chincha por ejemplo para la producción de palta, con suelos que tienden a compactarse de forma muy severa.

Luego de su llegada a la zona en 2018, los rendimientos promedio estaban entre 10 a 12 toneladas. Al día de hoy, después de varias temporadas de trabajo con ellos que incluyeron mejoras en riego y nutrición además de la propuesta de Innovak, hoy cuentan con rendimientos promedio de 25 toneladas en paltos.

Fuente: Red Agricola
Editado por: Croper