La leche es un producto esencial en la canasta familiar, y su calidad es de suma importancia para la salud de los consumidores. Sin embargo, la leche puede ser susceptible a la contaminación bacteriana, lo que puede causar problemas de salud graves. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se registran cerca de 600 millones de enfermos y hasta 420.000 muertes por el consumo de alimentos contaminados.

Un estudio reciente ha mostrado que la prueba Elisa, que se basa en la detección de antígenos y anticuerpos, podría ser un buen complemento para los procesos convencionales realizados en la industria láctea antes de comercializar la leche. Esta prueba es más sensible y rápida que los métodos tradicionales, y podría ayudar a mejorar la detección de bacterias como Salmonella spp. y Staphylococcus aureus, que son causantes de problemas gastrointestinales y, en casos graves, shocks tóxicos.

La Salmonella spp. se encuentra en carne de aves, huevos, productos lácteos e incluso vegetales, ya que forma parte del microbiota intestinal de los animales de sangre caliente. Por otro lado, S. aureus, que forma parte tanto de la microbiota de las mucosas nasal y oral como de la piel de los humanos, puede llegar a cualquier alimento por mala manipulación, poca higiene o mal uso de elementos de protección.

El Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (Icontec) tiene pautas claras para identificar estas bacterias antes de iniciar la distribución de la leche. Sin embargo, la mayoría de estas pautas se basan en métodos tradicionales, aunque existen nuevas tecnologías, más sensibles y rápidas.

Luisa Camacho Montoya, investigadora, evaluó la efectividad de la prueba Elisa y otros métodos alternativos. Mientras que el método tradicional se basa en el cultivo del microorganismo y requiere de infraestructura y mano de obra especializada, los métodos alternativos, como la prueba Elisa y la PCR, trabajan con fragmentos de ácidos nucleicos (ADN o ARN).

Se encontró que aunque el método tradicional detectó exitosamente la Salmonella spp., no fue tan sensible para S. aureus. Por otro lado, la prueba Elisa fue muy efectiva para Salmonella spp., con la ventaja de que es un proceso más rápido: menos de 2 días frente a los casi 8 días del método tradicional.

En conclusión, la implementación de nuevos métodos para detectar bacterias en la leche, como la prueba Elisa, podría mejorar significativamente la calidad de la leche antes de su venta. Esto no solo beneficiaría a la industria láctea, sino también a los consumidores, al garantizar que la leche que consumen esté libre de bacterias dañinas.

Tomado de: agronegocios

Editado por: Croper