Las enfermedades y alteraciones uterinas en el ganado bovino son una de las principales causas de pérdidas económicas en la producción lechera. Esto se debe a que afectan el potencial genético, reducen la producción láctea, y aumentan los costos debido a los tratamientos necesarios.

Una de las principales causas de estas alteraciones es la contaminación del útero con microorganismos patógenos, que está estrechamente relacionada con el ambiente microbiano del lugar y se ve favorecida por ciertos factores predisponentes.

Factores de riesgo para las alteraciones uterinas

Los patógenos presentes en el ambiente y en los genitales externos de los bovinos suelen contaminar el tracto reproductivo de las hembras durante el coito y después del parto. La persistencia de la contaminación bacteriana y el daño al tejido uterino son el resultado del equilibrio entre la capacidad patógena de las bacterias y la respuesta inmunológica de la hembra. La respuesta inmune está influenciada por el nivel de desequilibrio metabólico después del parto y por la cantidad de reservas de grasa disponibles durante el período de transición, que es particularmente exigente.

El sistema inmunológico es esencial en todos estos procesos para distinguir la respuesta individual de cada animal, lo que puede llevar a una recuperación rápida y el reinicio de la actividad reproductiva, o bien puede provocar la persistencia de la enfermedad. La respuesta inmunológica adecuada puede ser influenciada por factores predisponentes, como la condición corporal, la edad, la raza, la nutrición y el manejo, así como por factores determinantes, como virus y la ocurrencia de trastornos como la distocia, la retención de la placenta, el parto múltiple y la cetosis, durante y después del parto.

¿Por qué es importante mantener los úteros sanos?

Las alteraciones uterinas en bovinos representan un problema que impacta negativamente la eficiencia reproductiva y aumenta los costos de producción. Se ha observado que la enfermedad está asociada con una disminución del 20% en la tasa de concepción, un alargamiento de 30 días o más en el intervalo parto-concepción y un aumento del 3% en la tasa de eliminación. Aunque se utilizan indistintamente los términos metritis y endometritis para referirse a estas enfermedades.

Es común que solo se atiendan los casos clínicos evidentes durante el periodo de involución uterina postparto, pero esto puede llevar a pasar por alto los cuadros subclínicos que pueden convertirse en trastornos crónicos y afectar la fertilidad. Por lo tanto, el diagnóstico temprano y la prevención son fundamentales para evitar pérdidas productivas.

En vacas de alta producción lechera se ha observado que un 20 a 40% pueden desarrollar metritis aguda, un 20% presenta endometritis clínica hasta tres semanas postparto, y alrededor del 20% desarrolla endometritis subclínica después de los 45 días postparto. La existencia de enfermedades uterinas en bovinos se correlaciona con una menor presencia de cuerpos lúteos y una disminución en la tasa de preñez, lo que representa un costo adicional para el productor

Prevención y tratamiento de las alteraciones uterinas

Para prevenir la patología uterina en el ganado, es importante enfocarse en reducir la influencia de los factores de riesgo. Por ejemplo, se deben llevar a cabo programas de vacunación y bioseguridad eficaces para disminuir la incidencia de abortos y prevenir periodos secos muy largos, lo que puede resultar en bajos niveles de protección local

Tomado de: https://www.universodelasaludanimal.com/