El árbol de aguacate pertenece a la familia de las lauráceas. Es originario de Centroamérica y uno de los mayores países productores es México, aunque su cultivo se ha expandido también por Europa, siendo el mercado español el mayor productor.

El aguacate es un árbol frutal perenne de gran tamaño, puede alcanzar los 24 metros de longitud y crece principalmente en climas tropicales, por lo que su cultivo se ha expandido por varias regiones del mundo.

Características del aguacate

Es un árbol frondoso, con un tronco fuerte y erguido, sus flores son pequeñas de color verde amarillento. La parte más característica del aguacate es su fruto del mismo nombre.

El aguacate es una fruta que posee una cáscara verde, aunque en algunas ocasiones se pueden encontrar variedades de color marrón oscuro a rojo, en su interior posee una semilla de gran tamaño.

La pulpa comestible es de un color amarillo, de consistencia cremosa cuando está madura, con sabor algo dulce, agradable al paladar. En muchos lugares suelen confundir a esta fruta con un vegetal.

El aguacate es un árbol tan versátil que puede ser aprovechado al máximo, ya que su uso no solo está limitado a la pulpa de su fruta, sino que también se pueden utilizar las demás partes que lo componen como: madera, hojas, cáscara, semilla y aceites naturales.

  • Madera: la madera de este árbol es usada para la construcción de casas, muebles, mesas, sillas, camas y para hacer leña.
  • Hojas: sus hojas son usadas de manera medicinal como antiinflamatorio, se consumen comúnmente como infusión.
  • Cáscara de la fruta: la cáscara triturada es usada como purgante, para limpiar el sistema digestivo.
  • Semilla: por su contenido de aminoácidos, la semilla se tuesta y muele para usarse como té en diferentes afecciones como: asma, infecciones, diarreas, problemas digestivos.
  • Aceites naturales: el aceite de aguacate es usado tanto en la cocina como en la medicina natural. En la cocina sirve para aderezar ensaladas, hacer dips, paté, entre otros.Medicinalmente reduce el colesterol y la tensión arterial, es bueno para fortalecer nuestro cabello, mejorar el aspecto de nuestra piel y revitalizar nuestro organismo.
  • Pulpa: la pulpa del aguacate se usa cuando la fruta está madura. Se emplea en ensaladas, merengadas, guacamole, cremas. En la industria cosmética se elaboran productos para el cabello como acondicionador, champú, ampollas. También se elaboran cremas para la piel, aceites, entre otros.

Propiedades del aguacate

El aguacate es una fruta rica en ácidos grasos Omega 3,6 y 9, lo que la hace una fruta que aporta gran cantidad de energía, buena para ser consumidas por todas las personas en general, principalmente deportistas y mujeres embarazadas.

Las grasas buenas contenidas en el aguacate ayudan a disminuir el colesterol malo en sangre y a mejora el sistema circulatorio, es una excelente fruta para nuestro corazón. Ayuda a desinflamar las articulaciones como en el caso de la artritis y recupera la masa muscular.

Además de proteínas contiene vitamina E, zinc y potasio, vitamina B, vitamina D, magnesio, ácido fólico, hierro y fibra

Contiene carotenoides lo que hace que nuestro cuerpo esté protegido ante el ataque de enfermedades. El aguacate contiene luteína, un carotenoide que protege nuestra visión y ayuda como antioxidante, aporta grandes beneficios para nuestra piel ayudando a disminuir los signos del envejecimiento.

Cultivo del aguacate

Existen alrededor de unas 400 variedades de aguacates distribuidas en diferentes países como: México, Estados Unidos, Guatemala, Sudáfrica, Israel, España y toda Suramérica. Existen frutos que pueden llegar a pesar más de 2 kilos.

El aguacate es un árbol de clima cálido, no soporta heladas y debe ser protegido de los vientos fuertes. Se debe cultivar en suelos arenosos fértiles, bien drenados y profundos, que posean una baja salinidad, así como un PH balanceado.

La reproducción de la planta puede ser a través de la germinación de sus semillas frescas, o través de injertos. El árbol de aguacate puede producir frutos a partir de los 3 años, algunas variedades pueden tardar hasta 10 años.

El aguacate un árbol bastante sensible, que si no se cuida adecuadamente puede sufrir muchos reveses que incluso pueden llegar a matarlo. Los cuidados son especialmente importantes cuando es joven y cuando se cultiva en un ambiente no muy favorable para este: suelos poco apropiados, zonas frías o muy cálidas, etc.

  • Eliminación de chupones

Esta es una de las primeras labores que ha de hacerse después de plantar el aguacate, sobre todo si ha sido injertado.

Consiste en retirar los chupones, brotes vigorosos, que salgan por debajo de la zona del injerto o, si no hay injerto, los que aparezcan en el tronco por debajo de la ramificación principal del árbol.

Se deben retirar en cuanto se detecten, a fin de que sean de pequeño tamaño y puedan romperse con la mano, sin necesidad de emplear herramientas de corte.

  • Pintado del tronco

La corteza del aguacate es muy sensible a la radiación solar, y más cuando se trata de un árbol joven cuya copa aún no arroja suficiente sombra.

Por ello, es conveniente pintar el tronco con una pintura blanca, vinílica, mezclada con un fungicida apropiado para esta operación. En los centros de jardinería suelen tener productos específicos para esto.

Si el árbol se planta en una zona de semisombra,que lo protege del sol de mediodía, o en climas poco soleados, puede que no sea necesario este cuidado.

  • Entutorado

Consiste en clavar en el suelo una estaca vertical, o similar, a unos 10 cm del tronco y amarrar el árbol a ella, de forma que se le obligue a crecer derecho.

Esto es importante en zonas donde suele hacer viento o si se planta el aguacate cerca de otros árboles o estructuras que emiten sombra sobre su copa. También si el tronco del árbol se encuentra torcido por naturaleza.

  • Protección

El aguacate es bastante sensible al frío, sobre todo cuando es joven. Si hay riesgo de que las temperaturas se acerquen a 0℃, aunque no lleguen, hay que protegerlo, de lo contrario se "quemarán las hojas" e incluso puede suponer su muerte.

Lo ideal es no cultivarlo en lugares donde haya heladas durante muchos días al año, pero en todo caso, debe plantarse al lado de un muro, edificio o estructura orientada hacia el sol, de forma que se libere durante la noche el calor que la pared acumula durante el día.

  • Plateo

Esta tarea de mantenimiento consiste en cavar superficialmente la tierra en un círculo, al menos del mismo tamaño que la copa del árbol, alrededor del tronco.

Esto es importante para casi todos los árboles, pero especialmente para los que tienen la mayor parte de sus raíces en los primeros centímetros del suelo, como ocurre con el aguacate.

Esta operación permite retirar las "malas hierbas", airear y soltar la tierra, ayudando a que las nuevas raíces la exploren con más facilidad. Además, facilita la incorporación de los abonos y la infiltración del agua de riego.

Es importante que se cave superficialmente para no dañar las raíces del aguacate, sobre todo si se hace con una herramienta cortante. Se puede emplear un cincel o cultivador de mano para mejorar el trabajo, realizando movimientos radiales desde el tronco hacia el exterior, reduciendo la rotura de raíces, ya que el movimiento será paralelo a estas.

  • Control de malas hierbas

Este cuidado está relacionado con el anterior, aunque no tiene por qué realizarse al mismo tiempo. Se trata de mantener el plato, la zona despejada alrededor del tronco, libre de vegetación que le pueda robar los nutrientes y el agua al aguacate.

Esto es muy importante en los primeros meses tras la plantación del árbol, ya que sus raíces aún estarán muy poco desarrolladas, y antes y después de cada fertilización, puesto que si no se hace la vegetación espontánea consumirá rápidamente los nutrientes que aportamos con el abonado.

Este trabajo se puede ahorrar empleando el mulching orgánico (serrín, paja, corteza de pino, etc.) o inorgánico (piedras, arena, malla antihierbas, etc.) para cubrir el plato y evitar que las plantas adventicias germinen. También reducirá las pérdidas de agua por evaporación, permitiendo reducir la frecuencia de riego.

  • Riego

El manejo del agua es uno de los puntos más delicados a la hora de cuidar un aguacate, puesto que las raíces de este árbol son muy sensibles al encharcamiento del suelo, y por si fuera poco, como la mayoría se localizan en los primeros centímetros de suelo, padecerán sequía con mucha facilidad si el tiempo es seco.

Ya en el momento de elegir la ubicación que tendrá el árbol en el huerto o jardín, hay que tener en cuenta el tipo de suelo y la forma del terreno.

Hay que evitar depresiones que puedan retener el agua de lluvia o en las que el nivel freático esté cerca de la superficie, sobre todo si el suelo es pesado (arcilloso) y drena mal el agua.

En zonas secas o con suelos ligeros, será preferible una zona llana, mientras que en zonas húmedas o suelos pesados, hay que buscarle una ubicación ligeramente elevada se puede realizar una cama o montículo o con cierta pendiente. Estas medidas garantizarán que el agua de lluvia no encharque el terreno en las proximidades del árbol.

En cuanto a la frecuencia e intensidad del riego, dependerá mucho del clima y de las condiciones del suelo. En todo caso, con el aguacate siempre es preferible regar de menos que pasarse, especialmente si el suelo no drena bien.

Si el suelo retiene poca agua habrá que regar con frecuencia: riegos poco intensos pero diarios, mientras que, si retiene mucha, los riegos deben ser más espaciados y aportando un poco más de agua en cada uno.

  • Fertilización

Un mes después de la plantación se aplicará el primer abonado que contenga todos los nutrientes, repitiendo el proceso una vez al mes durante el primer año

Al segundo año ya se pueden espaciar las aplicaciones, haciéndolas cada 2 o tres meses. Una vez que el árbol es adulto se debe fertilizar al comienzo de las etapas de crecimiento un abono que contenga nitrógeno, fósforo y potasio como nutrientes principales, pero también otros que puedan ser escasos en el suelo.

En suelos neutros, ácidos y de textura franca a arcillosa, lo más probable es que se encuentren todos los nutrientes disponibles, así que solo habrá que añadir los tres principales, los que más se consumen, y especialmente el nitrógeno, mientras el árbol se esté desarrollando.

En suelos alcalinos o arenosos, es muy posible que se produzcan carencias. En el primer caso porque algunos nutrientes pueden estar en forma no soluble, y en el segundo porque suelen lavarse con el agua de lluvia y de riego, al tratarse de un suelo muy permeable. Habrá que estar atentos a síntomas de carencias en las hojas.

Excepto en suelos poco permeables, en el resto es muy recomendable realizar la fertilización con abonos orgánicos, ya que además de contener todos los nutrientes y casi siempre de forma equilibrada, la materia orgánica aportada mejora la textura, la aireación, la retención de agua, la actividad microbiana del suelo y constituye una fuente de nutrientes a largo plazo.

Fuente: Mundo Huerto
Editado por: Croper.com