Algunos expertos indican que estamos muy cerca de conseguir explotaciones agrícolas en su mayoría autónomas. Robots, drones e inteligencia artificial dejarán de ser conceptos que solo manejan los ‘sabios’ para convertirse en una herramienta fundamental en la agricultura extensiva.
Recolector de fruta que vuela
El robot recolector de la empresa israelí Tevel es un dron que va enchufado mediante un cable a un vehículo de seguimiento y que tiene un brazo robótico que le permite recoger distintos tipos de frutas imitando el movimiento de la mano humana.
Utiliza la inteligencia artificial para realizar su trabajo. Utiliza un algoritmo de reconocimiento de imagen para identificar si la fruta está madura o no y clasificar por tamaño. Otro que le sirve para calcular la trayectoria ideal y ejecutar el movimiento que tiene que hacer el brazo del robot para coger la fruta, calculando también la presión que tiene que ejercer para arrancarla sin dañar la planta. Y finalmente otro que analiza el árbol y gestiona la flota de robots para que trabajen eficientemente.
El robot que coge fresas
El E-Series es un robot experto en la recolección de fresas. Tiene una gran plataforma con ruedas en su base y cuenta con hasta 24 brazos robóticos independientes que trabajan conjuntamente. Según sus creadores, son capaces de agarrar, cortar el tallo y colocar la fruta en el contenedor con suma delicadeza para no dañarla.
Aunque la plataforma es grande, Agrobot, la compañía onubense detrás de este robot asegura que su configuración es flexible y puede adaptarse a cualquier terreno agrícola. También cuenta con unos sensores integrados para captar todos los detalles y un algoritmo de reconocimiento de imágenes que le permiten evaluar el punto de madurez de la fruta.
Sembrar y quitar malas hierbas
El FD20 es un robot que siembra y elimina las malas hierbas de los cultivos sin emitir CO2 y de forma totalmente autónoma.
Este robot, creado por la compañía danesa FarmDroid, no utiliza cámaras para hacer su trabajo, sino que se vale de la precisión del navegador por satélite RTK para identificar el lugar exacto donde ha plantado cada semilla. Con esa información sabe exactamente dónde puede y no puede limpiar.
Un robot con las ruedas pegadas a la tierra
Terrasentia es un robot creado por investigadores de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos. Tiene un tamaño bastante pequeño, es ligero y trabaja a ras de suelo para analizar en tiempo real el estado de las plantas.
Es capaz de medir su desarrollo, identificar enfermedades y estimar la producción conectándose a una base de datos en la nube. Además puede actuar solo o en conjunción con otros robots para realizar análisis más detallados. Uno de los objetivos de los investigadores es que estas máquinas no tengan un coste demasiado alto para que puedan ser accesibles para todo el mundo.
"Aunque los drones se utilizan habitualmente para ver los cultivos, solo pueden ver lo que hay en la superficie. Necesitábamos los medios para medir la planta desde el suelo", comenta Stephen Long, director del proyecto. "TerraSentia nos ha proporcionado esta capacidad y también puede detectar muchas condiciones patológicas que quedan ocultas cuando se ve el cultivo solo desde arriba".
Fuente: El Confidencial.
Editado por: Croper