Colombia, país cafetero por excelencia produce aproximadamente 14 millones de sacos de 60 kg al año. De esos 13 millones, casi el 93 por ciento de sacos, son para exportar, según cifras de la Federación Nacional de Cafeteros.

La demanda local es de 2 millones de sacos y para satisfacerla, el país importa de Ecuador y Perú 1 millón sacos de café para el consumo interno. Así es, la mayoría de café que se toma en Colombia no es producido en Colombia.

Para entender cuál es el café que se toma en Colombia, es necesario conocer estás 2 variables. Los cafés que se encuentran en el país son excelsos, que es 100 por ciento nacional y cumple con los estándares de exportación; luego está el café pasilla, aquel que es hecho con granos que tiene algunos defectos, como negros, partidos, brocados y astillados.

El consumo se divide entre esas categorías: el café colombiano tipo exportación, la pasilla y el pasilla importado. Euromonitor International estima que para el año 2019 se movieron 82.145 toneladas de café, de las cuales 51.000 toneladas llegaron de otros países; es decir más del 62 por ciento de las tazas de café del año 2019 llegaron del exterior.

La razón de importar café a bajo costo es debido a la capacidad adquisitiva de los colombianos. Una libra de café 100 por ciento de calidad nacional, puede costar aproximadamente 20.000 la libra, y algunos alcanzan, por sus variedades, precios más altos. Mientras que otros, que tiene esa mezcla con materia prima importada, pueden estar en almacenes de cadena entre los 4.000 y 7.000 pesos.

Durante las primeras décadas del Siglo XX, Colombia se posicionó como el segundo exportador de café del mundo, después de Brasil; puesto que mantuvo hasta 2011, cuando fue alcanzado por Vietnam. Hoy ocupa el tercer puesto según la Organización Nacional del Café.

Este producto, según historiadores, es responsable de la industrialización del país; fue la puerta al capitalismo mundial otorgándole una posibilidad de estabilidad a un país sumido en pobreza y violencia.

Ni la quina, ni el tabaco, que antes dominaban las cifras de producción nacional, lograron formar una economía que conectara, parcialmente, a las principales regiones del país. El café permitió el acceso a importaciones, desarrolló el principal río del país, el Magdalena y generó empleo para millones de familias.

Fuente: elpais.com
Editado por: croper.com