Seleccionar machos solo por su tamaño, incremento de peso o conformación ha demostrado ser de poca utilidad como indicador de su potencial en los predios.

Elegir un reproductor es una tarea difícil e importante para un ganadero. Este animal es el futuro del negocio debido a que aporta cifras que servirán como ejemplo para próximos animales que conformarán el rebaño en los años siguientes. Por eso, es recomendable estar pendientes a la consanguinidad del animal, a su fenotipo y a sus criterios maternales para elegirlo.

Al seleccionar los reproductores que serán utilizados en monta natural o en programas de inseminación artificial, se debe tener como objetivo lograr animales superiores que vayan a dar origen a una progenie más productiva y rentable.

Según Pablo Londoño Aristizábal, presidente de la junta directiva del Comité de Ganaderos de La Dorada, Caldas, la primera clave al escoger un reproductor está en la selección de la genética del animal.

“Un toro debe ser estructuralmente sano y libre de cualquier defecto que limite actividades físicas como comer, caminar y cubrir las vacas. Que tenga un bonito físico, no significa que sea el reproductor adecuado para un hato, desconociendo sus orígenes ya sean genéticos o reproductivos”, añadió Londoño Aristizábal.

La segunda clave está en el conocimiento de la madre del semoviente a elegir. La mitad de la contribución es de la madre; el 25 por ciento viene del padre o abuelo materno y un cuarto, es decir el 12,5 por ciento viene del bisabuelo materno. Es decir, el 87,5 % del material genético de una cría bovina viene de 3 toros que fueron introducidos dentro del hato

La tercera clave está en reconocer y seleccionar al animal que no tenga problema sanitario alguno, inspeccionando desde la boca hasta la morfología espermática, lo que garantizará unas buenas crías.

Revisar la condición corporal del animal es elemental. Evaluar su dentadura, patas y pezuñas, libido y capacidad de monta, sus órganos sexuales (pene, prepucio, testículos y escroto), y la motilidad y morfología del semen

El cuarto corresponde a una conformación adecuada del aparato reproductor externo. En las zonas tropicales, los toros deben tener prepucios cortos y bien direccionados, con buena disposición en el equilibrio con el pene, para evitar que se arrastre sobre el barro o los pastos elevados y se infecte fácilmente.

Asimismo, hay que evaluar la circunferencia escrotal y el tamaño de los testículos, privilegiando los más grandes que indican mayor producción de espermatozoides.

Mejoramiento genético

El mejoramiento genético se hace mediante apareamientos dirigidos con 2 animales que combinarán los perfiles que al ganadero le interese reproducir.

En general, se busca la complementariedad: el toro que provea buena calidad de carne y una vaca que sea superior en fertilidad. Como resultado, se obtiene un hijo que reúne los aspectos positivos de ambos. Es así como el mejoramiento genético ayuda en el proceso de obtener una cría más eficiente.

Lo ideal en un hato ganadero es tener un toro reproductor por cada 15 o 20 vacas, pero los pequeños y medianos productores en Colombia tienen uno por cada 40, por lo que también es necesario tecnificar los esquemas de producción para lograr mayor rentabilidad. Así mismo, definir si la fertilidad del semental ayudará a la producción de carne, leche o doble propósito.

Para Germán Augusto Gómez, director técnico de Asocebú, una vez definido el modelo productivo, la contextura del toro y de las vacas que va a preñar definirá en el futuro el peso, genotipo (conformación racial) y precocidad de las crías (madurez sexual en promedio a los 27 meses). Con estos componentes unidos aumentará la rotación del hato, el ganado será funcional y se desplazará bien en cualquier temporada del año.

Fuente: www.fao.org
Editado por: Croper.com