Las huertas urbanas han dejado de ser una mera decisión política o ambiental para convertirse en una necesidad. En un mundo donde la seguridad alimentaria y la salud se vuelven cada vez más cruciales, cultivar nuestros propios alimentos se presenta como una solución práctica y sostenible. Afortunadamente, no necesitamos un vasto jardín ni ser expertos en agricultura para tener una huerta en casa. Aquí exploraremos cómo crear una huerta casera, qué frutas y vegetales podemos cultivar y cómo hacerlo de manera natural y libre de químicos.
¿Por qué una huerta casera?
1. Seguridad alimentaria: Tener una huerta nos permite garantizar parte de nuestra alimentación. Cultivar nuestros propios alimentos significa que conocemos su origen y calidad, y podemos estar seguros de que están libres de agroquímicos.
2. Conexión con la naturaleza: La huerta es una oportunidad para conectarnos con la tierra y la naturaleza. Nos enseña sobre el ciclo de vida de las plantas, la importancia del agua y la paciencia necesaria para ver crecer nuestros cultivos.
3. Beneficios para la salud: Consumir alimentos frescos y recién cosechados es beneficioso para nuestra salud. Además, la actividad física y mental involucrada en el cuidado de la huerta es terapéutica.
¿Cómo empezar?
1. Espacio y recursos: No necesitamos un gran terreno. Un pequeño balcón, una terraza o incluso una ventana soleada pueden ser suficientes. Los recursos básicos incluyen tierra, semillas, agua y luz solar.
2. Elección de cultivos:
Tomates y pimentones: Las semillas de estos frutos se pueden extraer de los frutos maduros en nuestra cocina. Se siembran a una profundidad del doble de su tamaño y requieren riego regular.
Cebollas y zanahorias: Las bases de los tallos y bulbos de cebolla y ajo pueden generar raíces. Plantarlos directamente en tierra es sencillo.
Hierbas: Albahaca, cilantro, perejil y menta son excelentes opciones para una huerta casera. Se pueden cultivar en macetas o directamente en la tierra.
3. Cuidado y mantenimiento:
Riego: Mantener el sustrato húmedo sin encharcar es fundamental.
Luz solar: La mayoría de las plantas necesitan al menos 6 horas de luz solar al día.
Nutrientes: Usar abonos orgánicos o compost para enriquecer la tierra.
4. Compartir con los niños: La huerta es una oportunidad para enseñarles valores como la responsabilidad y la constancia. Además, es una actividad divertida para compartir en familia.
Impacto ambiental positivo
Cultivar en casa contribuye al medio ambiente de varias maneras:
- Reducción de transporte: Al producir localmente, reducimos la huella de carbono asociada al transporte de alimentos.
- Preservación del suelo: La agricultura urbana ayuda a recuperar tierras degradadas y preservar la fertilidad del suelo.
- Biodiversidad: Cultivar diferentes especies en nuestra huerta contribuye a la biodiversidad local.
En resumen, una huerta casera es una oportunidad para cuidar de nuestra salud, el planeta y nuestra conexión con la naturaleza. ¡Manos a la tierra y a cultivar!
Tomado de: eltiempo.com
Editado por: Croper